No he de callar, por más que con el dedo, ya tocando la boca, o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo

domingo, 19 de abril de 2009

EL OTRO PAÍS VASCO


En el programa "59 segundos", Santiago Carrillo manifestó sus dudas acerca de la solución última del problema del terrorismo. Los resultados de las conversaciones secretas, la presión policial, la ayuda de Francia, el aislamiento político, las ilegalizaciones y otras, son unos antecedentes a examinar con detenimiento para entender las dudas razonables de Santiago Carrillo. En Euskadi casi nada en política es sencillo de explicar, ni siquiera para los que allí viven.
Se atiende poco a la base social que sustenta a ETA, en lo político, en lo económico, en lo social y en el relevo terrorista, cuando esto es necesario. El nacionalismo radical (me niego a llamarlo "izquierda" abertzale) nos ha demostrado una forma de compromiso político, de militancia activa, de presencia social tan asombroso como preocupante. Les ilegalizan, les cierran sus tabernas y periódicos, les prohíben manifestarse, meten en la cárcel a sus cúpulas dirigentes. Pero siguen. Y no de cualquier manera. Se cambian las siglas, se cambian las caras, pero ahí siguen, con parlamentarios en Ajuia Enea, con alcaldías, con 40.000 manifestantes en la calle de aquí o de allá, según convenga. No están tan aislados como queremos creernos y tienen más energía, más capacidad de intimidación de la que podamos imaginar, lamentablemente. Un ejemplo reciente: asesinan a un empresario vasco y los trabajadores de su empresa no se atreven a dar la cara en televisión ¡sólo para decir que el asesinado era un buen hombre y que asesinar no está bien! Y esta energía social perversa, qué hará en las próximas elecciones. Es inútil aplicar la lógica visto los precedentes, pero se pueden hacer cálculos sobre su trayectoria. Lo que voy a decir es serio y sé a cuánto me compromete: el mundo radical está trabajando desde hace tiempo por desalojar al PNV del gobierno de Euskadi, favoreciendo la victoria del PSOE. La peor noticia para el mundo radical es que, tras las elecciones, el nacionalismo moderado ocupa el lugar central de la política vasca. La forma de ampliar las bases radicales, según la lógica ilógica de su locura, es favorecer el ascenso de un partido nacional, el PSOE. Ya saben de las dificultades, cada vez mayores, que se van a encontrar, porque el margen de abuso del sistema democrático se les cierra. Y viven conformes a su propia locura, pero no son imbéciles, son unos indeseables, pero no son imbéciles, insisto. El PNV es un partido institucionalizado, apoyado en la apropiación de la simbología, en la inercia acomodaticia y en una extensísima trama de intereses y clientelismos, políticos y económicos. Algún día sabréis que el 3% de CiU es calderilla comparada con las comisiones que se pagan en Euskadi. Preguntadle, preguntadle a cualquier empresario que haya tenido que pasar por caja. Pues eso, un PNV sin los resortes del poder se diluiría como un azucarillo (como CiU) y, en ese escenario, desde Azallus para abajo todo es radical. El nacionalismo abertzale, además de su pretensión de ampliar su base social, su apoyo en la calle, quiere volver a una mesa de negociación política, y para ello necesita como interlocutor al partido del Gobierno, al PSOE, porque ningún otro partido exploraría esa vía, bien por que no puede (PNV) bien porque ni puede ni quiere (PP).
En el PP tampoco son imbéciles, y se se ven venir un panorama muy poco alagüeño para sus intereses electorales: ellos descienden y el PSE asciende hasta la posibilidad cierta de gobernar, solo o en coalición con el PNV (la opción más razonable). Por eso se han lanzado a la opinión pública, otra vez, con artillería gruesa, acusando al PSOE de estar planeando otras nuevas negociaciones con ETA. En el PP saben que no habrá negociaciones con ETA, pero lo dicen. Y no dicen que el PSOE podría (como futuro Gobierno de Eskadi) iniciar una negociación política con los abertzales, para reconducirlos a la democracia, para integrarlos sin que tengan que pagar excesivos peajes judiciales (son decenas de miles los que no están encausados), porque decirlo sería reconocer las posibilidades de victoria del PSE, sería reconocer que el PSE-PSOE es el único partido con capacidad para aportar soluciones viables al problema vasco. Por eso el PP está tratando de empujar al PSOE hacia las posiciones maximalistas que defendía y hoy defiende Rosa Díez. Ya saben en el PP que por esa vía no se avanzó en la solución al "problema vasco" y, por contra, supuso una catástrofe electoral para el PSE y una complicación del laberinto (el Plan Ibarretxe). Otra cosa es que los Zapatero, Patxi López, Rubalcaba, Pepe Blanco.., se dejen atrapar en trampas para cazar elefantes. Veremos al PP de los nervios, patéticos, llevando a sus mártires en andas, acusando al PSOE de alta traición. Pero de poco servirá: desde las últimas Elecciones Generales, algo está cambiando en Euskadi.
Yo sí confío en Patxi López, porque supo dónde tenía que estar, porque sabe lo que hoy tiene que decir y porque sabe lo que tendrá que hacer mañana..., sin decepcionarnos
SG

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